D.S. 37 años - Endometriosis & Baja reserva ovárica

Sara es una de las pocas personas que considero un verdadero encuentro en mi vida. Un angelito, o una brujita como le digo a veces. Fuí a verla tras la recomendación de una amiga y la verdad que mi vida cambio completamente después de esto.

En los últimos 10 años mi camino había sido lleno de giros muy fuertes y estuve sometida a muchos cambios y muchísimo estrés. Tanto que mi cuerpo respondió como pudo, desarrollando una endometriosis. El hecho de tener un quiste ocupando casi todo el ovario izquierdo sumado a mi edad y al hecho de que en los últimos 5 años de relaciones desprotegidas con mi pareja no hemos conseguido el embarazo, hicieron a los médicos recomendarme directamente el FIV. Y rápido.

El primer intento fue muy desmotivador. La estimulación ha sido cancelada en el quinto día, debido a baja respuesta. El pronóstico sonaba muy deprimente: ovodonación o esperar que pase un milagro en la próxima estimulación. No creía en milagros en aquel entonces así que me puse a contemplar con el corazón bastante roto la opción de ovodonación.

Y fue allí cuando llegué a Sara y a sus agujas mágicas. Como un último intento de ver qué tal una técnica alternativa de la que tampoco sabía mucha cosa.

Desde nuestra primera sesión sentí que pasaba algo muy fuerte: mi consciencia y mi cuerpo entero se estaban despertando, poco a poco, de una prolongada pesadilla.

Entendí que no existen etiquetas preestablecidas, que nadie me puede decir si soy válida o no para procrear, para realizar mis sueños o para vivir de una forma u otra. Nada ni nadie decide sobre mi vida ni mis logros o mis fracasos, es completamente mi responsabilidad. Y las grandes victorias empiezan con las cosas muy pequeñas, tan pequeñas que a menudo las he pasado por alto sin querer. Empiezan con una alimentación correcta, con respetar las horas de descanso, con respetarme en cuerpo y en alma! Y otra frase de Sara que me quedo clavada: el ejercicio físico es como la verdura.. ¡Tienes que comerla te guste o no! Y eso hice.

Desde el primer mes de tratamiento con Sara y siguiendo al pie de la letra todos sus consejos, empecé a sentirme otra persona. Tuve la primera regla de mi vida entera sin dolor. No me lo podría creer, lloré de emoción. Le dije a Sara que incluso si mi objetivo principal, que es el de quedarme embarazada, no se cumplía, me declararía bastante feliz con los cambios de mi cuerpo y con el lado luminoso hacia el que mi vida empezaba a girar.

Después de cuatro meses de tratamiento con ella llegó el momento de la segunda estimulación. Ella me veía preparada y yo me sentía bien, aunque aún tenía cierto miedo de creer en milagros.

¡Pero el milagro paso! La respuesta al tratamiento ha sido incomparable con la primera vez. Logré tener 4 blastocistos perfectos, ¡y ahora estoy felizmente embarazada de uno de ellos! ¡en la primera transferencia de un único embrión! Aún no lo podemos creer , ni yo ni mi pareja. Ya hemos hecho la primera ecografia y todo se ve perfecto..

Ojalá siga así, y algo en mí me dice que así sera. Y que pronto vendrá al mundo este chiquitín tan esperado, en cuya vida Sara (a la que planeo mantener siempre cerca) tendrá sin falta una influencia importante, tal como la tuvo para su concepción.

Anterior
Anterior

P.V. 38 anys - Infertilitat d’origen desconegut

Siguiente
Siguiente

D.E 41 años - Embarazo natural - Infertilidad secundaria