SIBO: Todo lo que necesitas saber (Síntomas, causas y por qué no mejoras!)

manos sosteniendo una imagen anatómica de intestinos

Te vamos a contar todo lo que es importante saber sobre el SIBO para que no des tantas vueltas como di yo por ahí en el 2021 después de años y años con la barriga inflamada.

Esto es lo que vas a encontrar en este post:

¿Qué es el SIBO?

¿Es lo mismo SIBO que disbiosis intestinal?

¿Que tipos de SIBO hay?

¿Cuál es la causa del SIBO?

¿Cuáles son los síntomas de SIBO característicos?

¿Que pruebas hacer para diagnosticar el SIBO?

¿Cuándo no mejora el SIBO? Tratamiento.

¿Qué es el SIBO?

SIBO es la abreviación del término inglés small intestine bacterial overgrowth. Por tanto, es la presencia en número elevado de bacterias en el intestino delgado, y una de las causas más comunes de la alteración de la absorción de los nutrientes en el intestino. 

Todas las personas tenemos en nuestras mucosas un montón de microorganismos que deben estar en ciertas proporciones entre ellos. No es bueno que haya un predominio de un tipo cuando lo funcional sería que ese tipo de bichitos estén en un porcentaje bajo.

Cuando tenemos una alteración de cierto tipo de microorganismos a nivel intestinal lo llamamos disbiosis intestinal. Ahora bien:

¿Es lo mismo SIBO que disbiosis intestinal?

Técnicamente no. El SIBO es un sobrecrecimiento de bacterias, lo cual implica de hay una disbiosis, es decir una desregulación de la microbiota, pero una disbiosis no implica:

A- que haya sobrecrecimiento

B- que la disbiosis sea bacteriana. Puede haber una desregulación de la microbiota por disminución de bacterias reguladoras, por sobrecrecimiento fúngico o parasitosis.

Por lo tanto, siempre que hay SIBO hay disbiosis, pero no siempre que hay disbiosis hay un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.

De hecho podría haber disbiosis intestinal con un sobrecrecimiento bacteriano pero en intestino grueso, el cual no sería SIBO sino LIBO (large intestine bacterial overgrowth).

¿Que tipos de SIBO hay?

Se considera que puede haber tres tipos de SIBO. 

  • SIBO de hidrógeno.

  • SIBO de metano. Este tipo de SIBO recibiría en verdad el nombre de IMO (intestinal methanogen overgrowth) ya que lo producen arqueas que son algo así como protobacterias.

  • SIBO de sulfuro de hidrógeno.

¿Cuál es la causa del SIBO?

Si bien el SIBO tiene una raíz multifactorial, una de las causas principales suele ser la mala alimentación basada en hidratos de carbono de rápida absorción. Esto favorece la fermentación y el sobrecrecimiento de bacterias.

La hipoclorhidria, es decir, la falta de un correcto pH gástrico, lo que ayudaría a controlar que este sobrecrecimiento de bacterias no puedan subir del intestino grueso al intestino delgado sería un complemento básico que suele estar en la raíz del desequilibrio.

Otra razón que se suele pasar por alto y que no es de importancia menor es la ingesta continuada. El picoteo continuo inhibe la activación del complejo migratorio motor. (La activación del complejo migratorio motor es esa contracción que se da cuando no comemos y que arrastra las sustancias de deshecho hacia el colon). 

Visualiza la diferencia entre un río que fluye y otro estancado. La ingesta continuada favorece que todo se estanque y allí en ese ecosistema habrá mayor fermentación. 

También puede contribuir a una falta de limpieza o eliminación de bacterias oportunistas o un sobrecrecimiento de bacterias la alteración de la respuesta inmune a nivel intestinal

Hay que mencionar también que hay un tipo de causa infecciosa como es por ejemplo el de la diarrea del viajero, que da un tipo de SIBO especial y donde hay una afectación del complejo migratorio motor y se involucran anticuerpos que afectan su contracción.

¿Cuáles son los síntomas característicos?

El síntoma más característico del SIBO va a ser la distensión o hinchazón abdominal después de comer. Otros síntomas pueden ser las flatulencias o gases intestinales, cólicos abdominales o dolores abdominales repentinos, déficit nutricionales, posible pérdida de peso (por déficit nutricionales), pesadez, alteración en el ritmo evacuatorio, dificultad para digerir azúcares, y otros menos obvios como cansancio, mente espesa o falta de enfoque mental

Estos últimos síntomas, más de orden mental, se dan por un aumento de la permeabilidad intestinal y un procesos de neuroinflamación

Pero sin duda una de las quejas más comunes que nos encontramos en consulta en relación al SIBO es siempre la sensación de distensión abdominal después de comer e incluso en ocasiones sin comer, pesadez y “sensación de inflamación y digestión parada”.

Y esto es así porque sin duda hay un proceso inflamatorio mediado por el sistema inmune con citoquinas pro-inflamatorias y hay una afectación del complejo migratorio motor (mecanismo de arrastre y limpieza de los intestinos).

Luego, dependiendo del tipo de SIBO te puedes encontrar con un patrón más de estreñimiento, en casos de SIBO de metano, diarreas, en casos de SIBO de sulfuro de hidrógeno, o simplemente de sensación de hinchazón abdominal, pesadez y gases en casos de SIBO de hidrógeno.

Hay que tener en cuenta que en ocasiones se dan combinaciones y que no siempre que hay diarrea implica SIBO de sulfuro de hidrógeno ni siempre que hay estreñimiento hay un SIBO de metano.

¿Que pruebas hacer para diagnosticar el SIBO?

Existen dos pruebas para diagnosticar el SIBO. 

Una es el cultivo de aspirado en el intestino delgado. Consiste en coger una muestra (el aspirado) de las secreciones en el intestino delgado, y realizar un cultivo. La prueba es positiva si se encuentran más de 1000 unidades formadoras de colonias

Esta sería la prueba más fiable ya que se coge la muestra directamente del intestino delgado que es donde se estaría dando el exceso de actividad bacteriana.

Por contra, esta prueba es más compleja, más invasiva y más costosa. Y tampoco es 100% fiable. 

La otra prueba, y la más común, es el test de lactulosa o test del aliento o test del aire espirado para sobrecrecimiento bacteriano. 

Es la prueba más extendida por su sencillez y bajo costo. 

Esta prueba se realiza en el laboratorio y consiste en beber un líquido que contiene lactulosa, lactitiol, fructosa o hidrógeno y deberás ir soplando el aire que exhalas en un tubito en intervalos de 25-30 minutos aproximadamente y durante dos o tres horas. 

De esta manera se evalúa la concentración de hidrógeno y metano que se hay en cada momento.

Esto tiene sentido ya que la lactulosa es un azúcar que en caso de sobrecrecimiento de bacterias en intestino delgado rápidamente comenzaría a producirse la fermentación y por ende la producción de gases. 

Dependiendo de que tipo de gas se produzca, hidrógeno o metano, en qué concentración en que lapso de tiempo, se puede deducir que hay un SIBO de hidrógeno o de metano.

Esta prueba tiene varias contras. Una obvia es que no sirve para diagnosticar el SIBO de sulfuro de hidrógeno. Otra es que tiene un porcentaje alto tanto de falso positivo como de falso negativo. Por tanto es una prueba menos fiable.

En consulta, si bien trabajamos con pruebas diagnósticas, y de hecho son de gran utilidad, solemos guiarnos mucho de la clínica y pautar el tratamiento según la sintomatología que presente cada paciente.

¿Cuándo no mejora el SIBO? Tratamiento.

En el tratamiento del SIBO es relativamente fácil conseguir cierta mejora con un antibiótico, teniendo en cuenta que se trata de un sobrecrecimiento de bacterias. Pero el problema radica en que esto es solo una parte del tratamiento

Lo que más nos encontramos en consulta con pacientes que han seguido esta pauta de tratamiento sin otra intervención es que tienen muchas recidivas, es decir, vuelven a la casilla de inicio al cabo de un tiempo.

Es importante entender que cada persona llega al diagnóstico de SIBO por una causa o combinación de causas diferente y esto hará que el tratamiento se tenga que individualizar. Si bien, el tratamiento requiere de cambios de alimentación específicos para cada caso, es posible que también haya que mejorar el pH gástrico, buscar activar el complejo migratorio motor, favorecer la producción de bilis y enzimas pancreáticas etc.

En todo caso cómo abordar las diferentes causas siempre es un tratamiento personalizado ya que habrá que tener en cuenta si hay o no afectación de mucosas, si hay intolerancias, si hay mucha sintomatología de neuroinflamación derivada de una marcada permeabilidad intestinal etc. 

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